
Existen diferentes motivos por los que las personas se proponen un cambio: desde crisis existenciales hasta desarrollo personal. Ante todo, el primer paso más importante para que el cambio sea posible, es querer cambiar. Cabe aclarar que hay diferencias entre querer, saber y poder. Querer depende de la persona, en el Saber tenemos cabida nosotr@as y en cuanto a Poder, hay cambios que no dependen de la propia Persona, por tanto, habrá que buscar otras opciones. Pero lo más importante es que nadie cambia si no siente la necesidad de hacerlo (Henry Ford).
Igualmente, la Leyenda del Anillo del Rey nos proporciona un bonito Aprendizaje acerca de la volatilidad de los sucesos: “Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche; hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas”.
Del mismo modo, ya el filósofo griego Heráclito (540-480 a.C.) proclamó: «Nadie se Baña en el mismo rio dos veces, pues todo cambia en el rio y en el que se baña». Así pues, porque todo cambia y ya nada es igual, es importante contar con habilidades para reestructurar comportamientos y hábitos, además de desarrollar estrategias para mantenernos atentos a las constantes fluctuaciones que nos regala esta Vida no estable y aprender a caminar en eKilibriO por ella.
Entonces, en base a la teoría existente y el propio conocimiento que nos aporta el tiempo, podemos afirmar que las personas cambiamos, bien como efecto de la experiencia o, simplemente, porque lo necesitamos. Algunas de las señales que nos pueden ayudar a identificar si necesitamos un cambio, pueden ser: sentir que se vive en un entorno tóxico, mantener una relación actual donde no se es feliz, no esforzarse del todo, añorar el pasado y pensar que debe haber algo más, el cansancio es habitual, transitar constantemente por un estado estresado e irritante… De esta forma, a veces nos cuesta entender el cambio en los demás y a éstos les cuesta asimilar alguno de nuestros cambio. Incluso, a veces, nos cuesta asimilar nuestros propios cambios o la necesidad de ellos. Aquí es donde eKilibriO aporta las herramientas necesarias para facilitar el proceso. Para ello contamos con un método propio, el método SORAH.
Así mismo, para justificar cada una de las Fases de SORAH con base teórica , más allá de las fases de cambio en las organizaciones (descongelamiento, cambio y congelamiento) que consideró el pionero de la Teoría, Kurt Lewin, 1951, mostramos en la presentación de esta entrada, una imagen con las Etapas del Cambio de la Persona que desarrollan Prochaska y DiClemente (1984), atendiendo las emociones que ello comporta, entendidas en la Teoría de las Emociones de James Lange.

Sobre Marian Sala-Palou:
Soy Madre (Mi Mayor Aprendizaje). Después de otros estudios, cursé un Grado en Pedagogia y Máster en Psicopedagogia (UAB). Actualmente estoy cursando un Máster en Terapias de Tercera Generación (ISEB).
